En la
sierra de Ameca, en el estado mexicano de Jalisco, existe un misterioso lugar
que encierra un secreto fabuloso, un secreto guardado por el tiempo, esperando
que alguien, algún día lo aclare. Ese misterio se relaciona con un hermoso
valle donde parecen brotar del subsuelo unas esferas de piedra, dicho valle es
conocido como el Valle de las Perfectas, por la perfección y simetría de dichas
piedras, las cuales no son una ni dos, ni veinte, ¡son cientos de esferas!,
semienterradas algunas y otras completamente en la superficie. Nadie sabe desde
cuándo están allí ni quien las talló y mucho menos para qué, los habitantes del
lugar creen que estas son las “canicas con qué jugaban los dioses antiguos”. En
1948 el arqueólogo Mathew Sterling creía que las piedras redondas habían sido
talladas por indígenas, no obstante tuvo que admitir posteriormente, que no
habrían sido suficientes las tribus para llevar a cabo semejantes empresas,
pues las piedra-bola -suman cientos de ellas-, e imagine el lector cuánto tiempo
habrían empleado para luego simplemente dejarlas olvidadas en este recóndito
valle sin darles ningún uso.
Estudios de la Universidad de Guadalajara, atribuyen a las piedras redondas una edad aproximada de cuarenta millones de años, es decir, antes de la aparición del hombre en la Tierra, dichas esferas muestran tal perfección simétrica que parecen haber sido talladas con esmero y paciencia (muchísima paciencia) y la pregunta lógica es: ¿quién las moldeó con tal perfección? ¿Acaso fue una cultura con alta tecnología para tallar y moldear? ¿Fueron seres extraterrestres venidos de las vastas profundidades del cosmos? ¿Para qué servían estas y por qué su colosal tamaño?... Preguntas sin respuestas.
SUS DIMENSIONES Y PESO
No todas tienen la misma s dimensiones, algunas, las más pequeñas, miden apenas 1.50 mts. de diámetro, las medianas 2.30 mts. y las más grandes 3.10 y un peso aproximado de 12 toneladas. Su materia primaría es granito duro, material que es bastante complicado de tallar, así como su traslado; otra pregunta que surge: ¿cómo las trasladaban hacia el lugar siendo que el área no es de roca granítica?
NO ES UN CENTRO CEREMONIAL NI ARQUEOLOGICO SOLO ESTAN ALLI
Curiosamente el Valle de las Perfectas, como se le conoce, no es un centro ceremonial ni de ningún tipo de culto prehispánico, pues no existen vestigios ni esculturas que así lo demuestren o que apoyen esta teoría, las rocas parecen emerger del subsuelo, da la impresión como “si estuvieran naciendo o brotando”, pues con algunos deslaves de la tierra y el paso de los años van surgiendo más y más, se sabe que suman más de 400 esferas.
Desde la entrada al valle, se notan ya algunas de las esferas que a medida que se va uno adentrando van aumentando en número, al principio sólo se ven unas cinco, después diez o quince y más adelante decenas y hasta cientos de ellas distribuidas algunas en línea recta y conjunto de ocho. De acuerdo con las hipótesis de algunos geólogos y expertos, las “piedras-bola” son el resultado de las cenizas volcánicas al cristalizar y deslizarse pendiente abajo tomando su forma esférica al enfriarse (¿?); no soy geólogo pero esa respuesta no deja satisfecho ni al más ingenuo, pues no es coherente con la realidad. Además de que en ningún volcán del mundo en sus alrededores se han encontrado esferas de este tipo; deberían inventar otras explicaciones menos peregrinas.
SUS HERMANAS GEMELAS
Pero estas enormes piedras-bola no son únicas en América, ya que en Costa Rica se encuentran algunas esferas idénticas aunque más perfectas pero, no en gran cantidad; algunas son del mismo tamaño que las de Jalisco, sin embargo no han sido estudiadas y por lo tanto no se ha establecido su antigüedad y mucho menos su uso.
Fue
durante los años cuarenta, cuando una compañía bananera norteamericana comenzó
su explotación en el delta del Diquis, al sur oeste de Costa
Rica, cuando al iniciar las labores de limpieza del bosque, preparándolo
para el cultivo, se descubrieron unas imponentes piedras rocosas de distintos tamaños
y con forma esférica.
Son de tamaño variable. Las más pequeñas tienen sólo unos pocos centímetros de diámetro y las esferas más grandes llegan a tener un diámetro superior a los dos metros, llegando a pesar estas últimas hasta 16 toneladas. Están construidas en piedras de granito Andesita y roca sedimentaria. Se cree que las piedras fueron transportadas por el río, desde muchos kilómetros de distancia, hasta su localización actual, puesto que estos tipos de piedra no se han hallado en la zona del delta del Diquis. Aunque la mayoría de las esferas se encuentran en enclaves arqueológicos precolombinos, no hay forma de saber si fueron realizadas por estos o por alguna otra cultura anterior a esta.
Inmediatamente después de su descubrimiento, la arqueóloga Doris Stone, realizó una serie de investigaciones que resultaron vanas al no poder datar la antigüedad de las piedras, con qué herramientas fueron tan perfectamente realizadas y tampoco el origen de estas. Posteriormente, Samuel K. Lothrop, experto en civilizaciones indígenas y arqueólogo, se propuso desvelar el enigma de estas piedras esféricas, pero no pudo formular ninguna teoría concluyente. Más recientemente, grupos de arqueólogos han investigado con métodos más modernos las esferas de Diquis, llegando a la conclusión de que estas se comenzaron a realizar hace unos 3.000 años.
Las antiguas leyendas decían, que en su interior se escondían piedras preciosas y oro, siendo esto el final de muchas de las piedras debido a que mucha gente se dedicó a buscarlas y destruirlas, no hallando ningún tesoro en su interior. Las teorías en torno a las esferas de piedra, al igual que otras que giran alrededor de otros antiguos enigmas de los que no se tiene conocimiento de sus orígenes, son muchas y variadas.
Algunos
arqueólogos piensan que las piedras fueron creadas por la antigua y bélica
tribu de los CHIBCHA, utilizando prisioneros de guerra como
esclavos para trabajar las piedras, utilizándolas como símbolo de poder entre
grupos y que el tamaño de las esferas iba relacionado con el status de cada
pueblo. También existe la teoría de la representación astronómica. En dicha
hipótesis (divulgada por el investigador Michael O'Reilly) se identifica
a las piedras como posibles cartas celestes con una finalidad ceremonial o a
modo de calendario orientativo.
En 1979
se encontró una de estas piedras en Guayabo de Turrialba (Provincia de
Cartago), la cual pudo haber tenido la función de calendario de precisión y que
junto al uso de objetos astronómicos de poca magnitud, daba detalles de fechas
como los solsticios, el día más largo del año y la duración de la época de
lluvias.
Esta
teoría se basaba en fundamentos lógicos, fruto de un estudio serio, aunque
carecía de contexto. Otra teoría nada convencional, realizada por el
antropólogo estonio Iván Zapp en su libro: "La Atlántida en
América", afirma que las piedras podían ser originarias de la Atlántida,
isla continente desaparecida hace 12.000 años, y aunque las autoridades
arqueológicas de Costa Rica no están muy de acuerdo con esta teoría, el International
Biographical Centre, mencionó a Zapp, como uno de los
científicos más connotados del siglo XX.
Iván Zapp descubrió con la ayuda de Carlos Araya (Comandante de las Líneas Aéreas de Costa Rica) y un atlas, normal al principio y de Mercator (Atlas que tiene en cuenta la curvatura de la Tierra) posteriormente, que las esferas tal y donde estaban situadas cuando se descubrieron, señalaban a distintas direcciones, igual que si fueran mapas a gran escala.
Uno de
los alineamientos desenterrados por los arqueólogos, mostraba el trayecto en
línea recta que conduce hasta la Isla del Coco, después a las islas
Galápagos y finalmente hasta la Isla de Pascua (ver nuestra Sección
"La Isla de Pascua").
Un segundo grupo de rocas, apuntaban a las islas de Jamaica, Cuba y Bermudas.
Mientras que otras estaban orientadas hacia Giza, en Egipto y a Stonehenge
en Inglaterra. Confirmando de este modo, que se trataba de rutas hacia otros
lugares del planeta.
Es evidente
que algunas culturas antiguas en el mundo tuvieron contacto ya sea por tierra o
por mar (quizás también por aire), ya que la interrelación e intercambio que se
daba eventualmente, obedecía a las leyes de principios de sociedad como cultura
civilizada, pero eso no aclara el misterio de su uso, ¿serían acaso gigantescos
“balines” para transportar o arrastre por Tierra de algunas piezas gigantes como
monolitos, usados en otros lugares del mundo? Tampoco parece ser esa la
respuesta a la interrogante del mismo, o quizás, ¿habrán caído del espacio
exterior hace miles de millones de años y por eso se incrustaron en el suelo
blando de algunos lugares?, Tampoco es factible ya que éstas no muestran
productos de los meteoritos pétreos así como tampoco se encuentran vestigios de
que hayan sido sometidas a altas temperaturas, entonces ¿cuál es el origen?
Las
teorías más extravagantes, hablan de la posibilidad de que las piedras
esféricas fueran realizadas por seres provenientes de otros planetas y estas
fueran el legado de su visita.
Después de todos estos años, las mismas preguntas que se realizaron en su descubrimiento, siguen vigentes aun.
Después de todos estos años, las mismas preguntas que se realizaron en su descubrimiento, siguen vigentes aun.
¿Quien creó estas esferas?
¿Cómo realizaron de forma tan precisa la forma esférica a las piedras?
¿Qué significado tenían?
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