domingo, 8 de septiembre de 2013

Nanotecnología ancestral OPPARTS


Según relata Valerie Uvarov de San Petesburgo, en el año 1992 geólogos rusos que se encontraban trabajando en los Urales, en la región de Narda Creek buscando metales preciosos, realizaron un sorprendente e inesperado hallazgo.

En unas capas de terreno de una antigüedad estimada entre 20.000 y 318.000 años desenterraron unos minúsculos objetos, cientos de ellos en forma de espiral que parecían ser artificiales. 

La sorpresa fue en aumento cuando en los Laboratorios del Instituto de Investigación Geológica de metales nobles de Moscú (ZNIGRI) analizaron las extrañas piezas. Se trataba de diminutas espirales de no más de 3 centímetros de largo, siendo las más pequeña de tan solo 0,003 milímetros. Había piezas cuya composición era cobre y otras cuya constitución era una mezcla de Molibdeno y Volframio.

La manufactura de las espirales parecía estar basada en la Nanotecnología, una disciplina aplicada con éxito desde la década de los setenta del Siglo XX. Dicha técnica actúa a un nivel de nano escala, y permite trabajar y manipular las estructuras moleculares y sus átomos. Con esta tecnología se puede fabricar materiales y máquinas a partir del reordenamiento de átomos y moléculas. Por tanto resulta imposible que aquellas "nano espirales artificiales" hubieran sido halladas entre 3 y 12 metros de profundidad y con una antigüedad máxima de más de 300.000 años.



Piezas minúsculas encontradas en Narda Creek.

Aunque la noticia no tuvo demasiado eco, muy pronto algunas voces discrepantes aseguraron que todo el asunto era un fraude.

No obstante, en cuanto supo del descubrimiento, Uvarov se puso manos a la obra y en otra expedición organizada en el año 1995 consiguió, supuestamente, obtener nuevas pruebas que avalaban el primer hallazgo.

En compañía de la geóloga Elena Vatveyeva, el investigador ruso visitó los lugares donde se encontraron las nano espirales, las orillas de los ríos Koshim, Balbanju y Narada y sus afluentes Vtvistvy y Lapkhevozh. Así pudieron hacerse con más muestras de nano espirales procedentes de una capa geológica de más de 100.000 años de la zona de Balbanju.

Valerie Uvarov encargo los análisis a diferentes laboratorios para confirmar los primeros estudios. Para ello se enviaron muestras a la Academia Rusa de Ciencias de Syktyvka y a un Instituto de Helsinki (Finlandia), además de consultar por segunda ocasión al centro geológico de Moscú.

Los informes eran demoledores. Una de las nano espirales, de 3 cm de largo, estaba compuesta de cobre puro y su estructura era claramente artificial. El grosor era de 80 micras o 0.08 milímetros. Se presentaron fotografías de los extraños fragmentos que fueron conseguidas con la ayuda de modernos microscópicos electrónicos de fabricación japonesa (JSM T-330). Los resultados decía que las proporciones de las espirales son tan regulares y perfectas que no han podido ser creadas de una forma natural.



Punta final de uno de los objetos.

Otra de las espirales estaba compuesta de Wolframio con pequeños núcleos de Molibdeno. Tenía además una capa vítrea como resultado quizás de una exposición a altas temperaturas. El Wolframio (también llamado Tungsteno) es un mineral que funde a los 3410 grados y es utilizado entre otras cosas para la fabricación de bombillas, tubos de Rayos X, bujías, blindajes para carros de combate, aleaciones de acero, etc. Ambos minerales son empleados con frecuencia en la elaboración de componentes electrónicos.

El 29 de noviembre de 1996, los estudiosos rusos publicaron el siguiente informe procedente de la institución enclavada en la capital moscovita:
"El limo que se incorporó en las espirales se caracteriza por ser un depósito de escombros de grava y piedras redondeadas del tercer nivel, creado por la erosión de las capas de la acumulación de sedimentos y poligénica.

La datación de estos yacimientos se remonta a hace 100.000 años (Pleistoceno superior). [...] Las nuevas formaciones cristalinas, que están presentes en la superficie de estos agregados tungsteno puro muestran filamentos de características inusuales en los depósitos aluviales del Pleistoceno superior.

La edad de estos sedimentos y las condiciones en las que se realizaron el análisis se excluyen casi totalmente la hipótesis de que la formación de cristales de tungsteno está conectado con el lanzamiento de cohetes desde la cercana estación espacial a Pleseck”

También se señaló, para añadir si cabe mayor confusión al tema, que las espirales habían sido elaboradas siguiendo el patrón de la Relación Áurea, basadas en el número Phi, como se ha observado a lo largo de los años con algunas construcciones o geometrías sagradas, como la gran pirámide de Keops. Lo curioso del asunto de los minúsculos objetos llegó cuando se trató de buscar una aplicación técnica a los mismos.

Las respuestas obtenidas no podían ser más controvertidas. Para los especialistas que observaron las muestras a más de 100 aumentos, aquellos fragmentos podían ser solenoides. Básicamente un solenoide es una bobina de alambre enrollado, en forma de cilindro alargado que al transportar una corriente eléctrica se asemeja a un imán de modo que un núcleo móvil es atraído a la bobina cuando fluye una corriente. Transformando la energía eléctrica en una energía mecánica.

Para Valerie Uvarov estaba claro que aquellos elementos descubiertos en los Urales eran piezas de una tecnología de vanguardia que no podía pertenecer de ninguna manera al ser humano, concretamente al hombre de Neandertal. Llegando aún más lejos al afirmar que se trataría de una gran antena emisora y receptora de señales, que debió ser elaborada indefectiblemente por seres extraterrestres que llegaron a nuestro planeta.

Aunque otras hipótesis más aventuradas otorgaban otros usos más belicosos a las nano espirales. En la actualidad el Molibdeno es utilizado con fines militares, de hecho los científicos rusos fabrican misiles de alta tecnología con este material, por lo que algunos investigadores determinaron que las muestras halladas en diferentes lugares de los Urales podían ser el resultado de "enfrentamientos extraterrestres" en la antigüedad con armas parecidas a las nuestras. La capa vítrea detectada en algunos fragmentos podían ser resultado de las fuertes explosiones provocadas por las armas alienígenas.

En la actualidad, solo en un campo de pruebas militar, como por ejemplo en Estados Unidos o Rusia puede hallarse piezas similares.



Obsérvese que no es posible que la naturaleza cree por si misma objetos con formas tan minuciosas.
De lo que no hay duda, al margen de especulaciones, es que el conocimiento y la técnica requerida para la fabricación de las nano espirales junto a la antigüedad de la capa sedimentaría donde han sido halladas descarta por completo que pudieran ser objetos creados por la mano del hombre primitivo. Ya que sin el soporte de una ciencia propia de civilizaciones desarrolladas su presencia en estos estratos no podía estar justificada de ninguna manera.
Sin embargo para los detractores del caso todo se debería a un burdo montaje elaborado con el propósito de divulgar falsas creencias en visitas extraterrestres en tiempos remotos. La poca documentación existente sobre cómo se produjeron los hallazgos así como otros datos adicionales otorgan un elevado grado de incertidumbre a la cuestión de los micro objetos. Hay que tener en cuenta que el reducido tamaño de las espirales unido a los diferentes lugares donde supuestamente han sido localizados, señalaría que habría miles, por no decir millones de fragmentos parecidos diseminados en grandes áreas, lo que explicaría que su laborioso descubrimiento se produjera hasta en dos ocasiones en yacimientos distintos sin al parecer revestir inconvenientes reseñables. Tampoco se ha resuelto la incógnita de por qué los hallazgos se realizan en torno a ríos, probabilidad que habría que investigar en profundidad.


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