Era el año 1938, una tarde fresca de otoño, con un
cielo nublado, cuando un profesor de arqueología y sus estudiantes exploraron
unas cuevas que habían sido habitadas por una tribu de trogloditas autóctonos
(primitivos) esto sucedió en una montaña cerca del Tíbet,
este grupo de expedición se dio con la sorpresa, de que estas remotas cuevas
habían sido talladas artificialmente, y eran más como un sistema complejo de
túneles subterráneos y almacenes.
Las paredes estaban esmaltadas y cuadradas, como si
hubieran sido cortadas en la montaña con una fuente de calor extremo. Sobre
estas paredes habían tallado, los cuadros del sol naciente, las montañas, la
luna y las estrellas, y sobre todo, habían dibujado unas líneas formadas con
puntos, que unen la tierra con el cielo, la mas grande sorpresa fue hallar
dentro de las cuevas un cementerio muy bien organizado y dentro de ellos los
restos óseos de un pueblo extraño, los esqueletos no median más de 1.38cm de alto,
estos cuerpos contaban con un desproporcionado cráneo (cabezones de cavidad
encefálica grande) y un esqueleto con una forma anormal, muy diferente a los
humanos comunes; sus cuerpos eran pequeños completamente delgados y
supuestamente frágiles, en su asombro un alumno sugirió que podrían ser
especies de gorilas de montaña, a lo que el catedrático respondió: ¿quien se
entero alguna vez que los monos se entierran unos a otros?; pero de no ser así,
¿qué tipo de humanos son estos? esta fue la versión del catedrático de la
universidad de Pekín Chip Pu Tei.
Al parecer no se encontró ninguna inscripción en
las tumbas, pero junto a ellas se encontraron cerca de 700 discos de piedras a
los que llamaron piedras Dropa (se les llaman así, en
alusión de los pastores que habitaban la mayor parte del norte del Tíbet).
Estas piedras talladas de forma circular, y a manera de discos tenían unos
agujeros de aproximadamente 20mm de diámetro en el centro; la antigüedad
aproximada sería, según cálculos estimados, de unos 12.000 años, incluso mucha
mas antiguas que las pirámides de Egipto. Evidenciaban además una tecnología
especial y avanzada para su fabricación, lo que aumentaba más el misterio.
Hace algunos años los chinos hicieron una
investigación sobre estos discos y al llevar a cabo un análisis genético (como
si fueran discos musicales) de las piedras, se dieron con la sorpresa que estos
contenían mensajes, hablados en idioma chino antiguo (mandarín antiguo); este
descubrimiento dejó impactados a todos los investigadores de la época, quienes
comentarían, que estos son el relato de un “Roswell” chino de hace miles de años. Las
especulaciones señalan que al parecer se fabricaron antes de que una nave
espacial se estrellara en la tierra, dicha nave traía a bordo unos tripulantes
llamados los “Dropa” que serian visitantes extraterrestres, el nombre de Dropa
lo adoptaría después una tribu cercana formada por seres muy pequeños, mucho
mas pequeña que la talla media del país.
Se sabe que estos discos al igual que muchos otros
hallazgos fueron trasladaron a La Universidad de Pekín. No fue hasta el año
1958 que el profesor Tsum Um Nui expuso la teoría de que los surcos que
aparecían en el disco eran jeroglíficos desconocidos, según él los signos
narran el aterrizaje forzoso de la nave espacial, y la matanza de la mayor
parte de sobrevivientes por habitantes del lugar.
Esta teoría fue reportada en el año 1962, pero La
universidad de Pekín no la tomo en cuenta argumentando que los criterios de
interpretación sobre los jeroglíficos que mantenía Tsum Um Nui carecían de
argumentación científica.
Fue en el año 1965 que las autoridades de esta
universidad (Pekín) autorizaron la publicación de materiales relacionados con
los discos Dropa, que en esencia corroboraban la teoría de Tsum, en esta
publicación los científicos que la tuvieron a su cargo, expusieron fotos de los
discos, que por cierto son similares a los discos Bj que suelen encontrarse en
varias regiones chinas.
Los discos Bj son pequeños, hechos de jade con
agujeros en el centro de forma cuadrados o redondos lo que los diferencian de
las piedras Dropas es que estas tienen jeroglíficos,
tampoco cuentan con la dureza que tienen los discos de piedra Dropa, ya que
estos contienen elevadas propiedades de cobalto, y otros metales que la hacen
mas fuerte que el granito, en estas piedras la tecnología que se tuvo que
aplicar para grabar los jeroglíficos debio ser muy avanzada, pues estos deben
haber sido muy difíciles de manipular gracias al reducido tamaño de las piedras
y a su dureza.
Hay muchos arqueólogos
y antropólogos
que toman a la piedras Dropa como un tema de mucho interés, algunos de los
expertos mantienen la posición de que las historias que se dicen en base a los
jeroglíficos es un mito de esos que se suelen tener en los pueblos, ya que
estos piensan que sus ancestros vinieron desde otras estrellas, pero hay otros
que consideran posible esta teoría y piensan que estas piedras tienen un valor
incalculable porque son la primera evidencia real de visitantes de otro
planeta.
No todos los hechos de este caso son claros muchos
de ellos han sido muy difíciles de verificar, algunos de los detalles de cómo
se suscitaron son totalmente contradictorios o quizás sean sensacionalista o
imaginativos; pero según se sabe en algunas islas del Pacífico se pueden
encontrar piedras semejantes a las conocidas mundialmente como “piedras Dropa” aunque como en todos lados
la duda que se forja entre las personas, sobre todo entre los arqueólogos es
normal, por eso muchos de ellos suelen catalogarlas como si fueran dinero, pues
se mantiene la idea de que los indios primitivos de la islas lo utilizaban como
medio de cambio, aunque nunca se ha sabido si los indios conocían el valor del
dinero, ya que ellos solían intercambiar productos por pieles (ropa) o comida,
o en muchos casos por instrumentos de caza, pero jamás por dinero.
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